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#IdolosPOP #RutadelBakalao
En este blog encontrarás toda la información referente a la exposición "Ídolos Pop" que cubre la época dorada de la música Pop desde los años 50 hasta los 90. Organiza el Área de Cultura de la Diputación de Valencia - MuVIM. Del 28 de noviembre 2013 al 9 de marzo 2014
Englobada tradicionalmente dentro de los parámetros del italo-disco y del euro-house, la trayectoria musical de Añón duró poco, hasta 1995, pero tuvo un eco popular nada desdeñable: a su LP de debut siguieron dos más, Tremendo (1992) y Tiempos de amor (1994), que dejaron un buen puñado de singles de tecno-romántico y que llenaron las pistas de baile de emociones a flor de piel y de sentimentalismo, siendo su producción más asimilable a la de los recién llegados OBK, que debutaron también en 1991, que al espíritu lúdico y gamberro de la de Chimo Bayo.
A partir de 1994, sin embargo, la Ruta del Bakalao entró inevitablemente en la espiral autodestructiva que terminó por abocarla a su fin, inmersa en una embrutecida competición de ruido por el ruido y de chunda-chunda desaforado, pervertido su buenrrollismo fundacional por la manifiesta agresividad que generaban las drogas de síntesis, devaluadas por el cretinismo del que hacían gala sus nuevos asiduos, tan alejado del espíritu lúdico y libertario de sus predecesores, y señaladas por una furibunda campaña de acoso mediático, a cuenta del elevado balance de accidentes automovilísticos que provocaban cada fin de semana.
Joaquín "Chimo" Bayo nació en Valencia en 1961, aunque gran parte de su infancia transcurrió en Teruel, en Rubielos de Mora. Dedicó su adolescencia a su gran pasión, el motocross, compitiendo como profesional en categorías inferiores hasta que un aparatoso accidente truncó su prometedora carrera.
El impacto de aquella fusión de talentos sigue sin tener parangón. Con su base rítmica contundente y arrolladora, sus insólitas onomatopeyas y scats (esos ju-jás y chiquitán-chiquiti-tán-tán-tán, que fueron repetidos e imitados hasta la saciedad), la espectacular puesta en escena de Bayo con su sempiterna gorra de CCCP, su coraza galáctica y sus gafas con luces acopladas a la montura y aquella evocadora línea de texto que contenía su escueta letra: Ésta sí, ésta no, ésta me gusta me lo como yo; obra del propio Bayo y de Charo Campillos, Así me gusta a mí pasó a ser el grito de guerra de los asiduos a la Ruta del Bakalao.