martes, 17 de diciembre de 2013

El flower power y la psicodelia

Swinging London
El Swinging London se convirtió en el modelo de esta inesperada revolución en las costumbres y centro emisor de la música pop, en donde los Beatles y los Rolling Stones, como máximos iconos, se enfrentaban publicitariamente y competían con sus melenas, trajes de chaqueta de cuello mao, diseñados por Yves Saint Laurent, y sonidos eléctricos, por la supremacía musical en el nuevo mercado juvenil.

Sobrevolándolos, al otro lado del Atlántico, el transcendental profeta mediático del compromiso prêt-à-porter, Bob Dylan, surgía del folk y, tras un accidente de moto, veía la luz al rock eléctrico. Él cambió la idea que hasta entonces se tenía de la música folk, rock y pop. Primero como músico folk, imitador compulsivo de Woody Guthrie, triunfó con el bíblico Blowing in the wind, y tras influir en los grupos ingleses con su letras torrenciales, una verborrea surrealista imparable y un tono mesiánico insufrible, se reconvirtió en un cantante de rock, electrificando sus melodías country. Fue un camaleón musical e ideológico sin precedentes.

The Who
Like a Rolling Stone y Lady of the Lowlands cambió el concepto tradicional de las canciones pop de tres minutos por temas que podía superar los diez, haciéndolas realmente hermosas. Perfectas para un viaje de LSD.

Sobre la cresta de una ola, los surfistas del pop entonaban sus coros angélicos, encabezados por los Beach Boys y seguidos por los grupos jipis de la soleada California: Mamas and the Papas y Jefferson Airplane. En la Costa Este, Lovin´ Spoonful y Sonny and Cher, impregnados del sonido de Phil Spector contagiaban con su bonitas canciones a The Monkees y demás grupos fabricados a la carta. Una música que, unida a las drogas, dio lugar a la psicodelia, con sus vestimentas jipis de colores ácidos y recurrentes melopeas musicales en donde no podía faltar el sitar de Ravi Shankar.

 En Inglaterra, emergieron multitud de bandas como los irónicos Kinks y los desmadrados Who, trovadores almibarados pero comprometidos como Donovan y, tras el estallido psicodélico y el infantil ataque sinfónico de Procol Harum y los Moody Blues, el genial Jimi Hendrix. 

Jimi Hendrix.
Finaliza la década con las drogas duras, el Flower Power y Janis Joplin. La moda jipi se decantó por las tiernas baladas de James Taylor y el perfume feminista de Carole King. La guitarra chicana de Santana y las dulzuras vocales del folk-rock de Simon & Garfunkel. Y en su estela, multitud de cantantes y bandas miméticas que iban desapareciendo tras un instante de esplendor sonoro. Imágenes transparentes de la evolución del ídolo pop en ese perpétuo cambio que son las generaciones.

Fuente: Catálogo Exposición Ídolos Pop

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